En el mapa oficial de la ciudad de Medellín no aparece el barrio "Pablo Escobar". Sus habitantes, quienes se beneficiaron de las obras de vivienda que hizo el capo en los años 80 se han negado en incontables ocasiones a cambiarle el nombre. La figura del ex narcotraficante hace parte de la identidad visual del barrio, tiene pinturas, altares y un museo en su honor que se oferta al turismo. Por muchos años no se han recibido ayudas ni inversiones por ser el barrio Pablo Escobar y las administraciones municipales han solicitado cambiarlo en su intento de eliminar el pasado violento que representa en la ciudad.